<HISTORIA DEL LIBRO DE LA SELVA>
Hubo un tiempo, mientras Mowgli vivía entre la manada de lobos, en que la selva de Seonee pasó por una tremenda sequía. Como no había agua, la caza se fue alejando de la selva por lo que los animales cada día tenían más hambre y más sed. En el único sitio donde quedaba agua suficiente aún era en el río Waingunga. Sin embargo ya no había un gran río como el año pasado sino más bien un hilo de agua en el que se podía medio beber. Todos sabemos que los animales necesitan beber varias veces todos los días y por eso Hathi el elefante, decidió subir a una roca que asomaba en mitad del río, que se llamaba la Roca de la Paz, para pedir con su enorme trompa la tregua del agua. Según la ley de la selva, cuando un animal pide la tregua del agua, nadie puede atacar a otro animal mientras este se quede en una zona donde los animales puedan beber agua. Así pues, Hathi, como había hecho su padre 50 años antes, se convirtió en el guardián del agua y se quedó de vigilante para castigar a todo aquel que rompiese la tregua. Una noche que el cachorro humano había ido a beber al río acompañado de Baloo y Bagheera, al ver al gran elefante Mowgli dijo: - ¿Quién sería tan tonto de desafiar a Hathi? ¡es enorme y parece muy fuerte! -Efectivamente, solo un loco se enfrentaría a ese elefante, además de ser fuerte, es muy sabio. ¡Por algo lo llaman el coronel! - Explicó Baloo
Mientras Mowgli se quitaba la sed, apareció Shere Khan riéndose porque había matado a un hombre. Horrorizados, los animales de la selva le preguntaron por qué había hecho algo tan terrible, ya que cuando se mata a un hombre, el resto del pueblo cogen antorchas y palos y se dedican a buscar al animal asesino para darle su merecido.
Shere Khan empezó a limarse las uñas y con cara de malo dijo: -Lo he matado simplemente porque estaba aburrido y no tenía otra cosa mejor que hacer. Los animales retrocedieron con el miedo reflejado en sus caras mientras Baloo, Bagheera y Mowgli miraban al tigre cojo con cara de pocos amigos.
El tigre se echó a reír y se volvió hacia Hathi. -¡Esta es mi noche! y tu lo sabes guardián del agua- dijo el tigre mientras se marchaba con la cabeza y la cola bien altas
Mowgli no entendía nada, ¿a que se refería ese estúpido tigre con que era su noche? Hathi que vió la cara del pequeño niño dijo: -Todos le tenemos miedo a los hombres, incluso a ti Mowgli aunque aún no seas del todo un hombre. ¿Sabeis por qué? yo os contaré la historia si os callais. Y en ese momento ni el vuelo de los mosquitos se escuchó en la zona del río...
La historia que contó Hathi decía así: Hace mucho, mucho tiempo, cuando la selva aún era joven y los animales acababan de llegar a ella, existió el primer elefante, que se hizo llamar Tha. Tha no solo era el primer elefante, también fué quien creó la selva. Según las historias, allí donde Tha pisaba, crecía un árbol y por donde arrastraba la trompa se formaba un río.
En ese tiempo, todos los animales comían fruta y flores, eran todos amigos unos de otros, pero como pasa con los amigos, a veces no están de acuerdo y discuten. Como el primer elefante estaba muy ocupado haciendo más grande la selva, decidió que el primer tigre sería el juez en las riñas entre animales. El primer tigre, del que no sabemos su nombre, era tan grande como un elefante y su pelaje era solo amarillo porque no tenía rayas como los tigres de hoy en día.
Hubo un día una pelea entre dos gamos y, mientras le contaban al tigre el problema los dos a la vez sin dejarse hablar uno a otro, sin querer uno empujo con los cuernos al primer tigre. El primer tigre dolido y enfadado se olvidó de que era el juez y mató al gamo de un bocado. Al probar el sabor de la sangre, el tigre se volvió loco y salió corriendo hacia los pantanos, más alla de la selva de Seonee.
En la selva, al quedarse los animales sin juez, poco a poco empezaron a haber cada vez más peleas. Al oír tanto escándalo, Tha el primer elefante, volvió preocupado y les pidió que le contasen que había pasado con el gamo muerto. Como todos los animales le contaban la historia a la vez y estaban muy nerviosos, el elefante no se enteraba bien de todo por lo que decidió ordenarle a los árboles y el resto de plantas de la selva, que con sus ramas arañasen al animal responsable de matar al gamo, para saber quién había sido.
Aunque seguía enfadado con los animales, Tha nombró dueño de la selva al mono gris y se marchó a seguir con su trabajo. El mono al principio era un buen rey, pero al rato se puso a hacer el tonto, o como su nombre indica... se puso a hacer el mono. Terminó riéndose de los animales mientras se colgaba de los árboles y claro, en la selva todos acabaron insultándose.
Tha tuvo que volver otra vez y en esta ocasión se enfado muchísimo y les dijo: -El primer dueño de la selva, el tigre os hizo mataros unos a otros y el segundo, el mono insultaros. ¡Ya me he hartado!, a partir de ahora sabreís lo que es el miedo y aprenderéis a cumplir la Ley de la Selva. Los animales no sabían lo que era el miedo y el elefantes les dijo que cuando lo encontrasen sabrían que... o quien era.
De todos los animales de la selva, los búfalos fueron los primeros en conocer el miedo, pues mientras pasaban por una cueva vieron un animal que vivía allí, al que nunca habían conocido. Ese animal, era el primer hombre y al resto de animales les daba mucho miedo acercarse a él. Mientras tanto, el primer tigre seguía escondido en los pantanos pero al llegarle rumores de que habían encontrado al hombre decide ir a matarlo. Al volver a la selva, los árboles empezaron a atacar al primer tigre con sus ramas, como les había ordenado Tha el elefante. Le pegaron tan fuerte ,que le hicieron un montón de rayas en el lomo, sobre su piel amarilla. Lo que el tigre no sabía, era que esas marcas, se quedarían ahí para siempre, y todos sus hijos y los hijos de sus hijos... las tendrían también.
Cuando el primer tigre llegó a la cueva donde vivía el hombre, lo encontró sentado sobre una roca. El hombre se volvió al escuchar un ruido y vió al tigre. En el momento en el que sus miradas se cruzaron, el primer tigre tuvo mucho, mucho, muchísimo miedo y no pudo evitar salir huyendo.
Sin entender que pasaba, fué a preguntarle a Tha, el elefante. Este le explicó que por su culpa, al haber matado a un gamo, los animales de la selva ya no podían vivir juntos, sino que solo se juntaban los animales de la misma especie: los gamos con los gamos, los erizos con los erizos, los ciervos con los ciervos...porque tenían miedo de los demás. Llorando, el tigre le pidió a Tha que le dejase volver a ser tan valiente como antes de matar al gamo.
Tha, que en el fondo era muy bueno, le dijo que durante una noche al año, el tigre no tendría miedo del hombre y podría matarlo, pero que cuando llegase ese día debería perdonarle la vida al hombre.
Pasó un año y el tigre estuvo esperando su noche sin poder quitarse de la cabeza el día en que podría mirar al hombre a los ojos y demostrarle que no le tenía miedo. Cuando esa noche llegó por fin, el tigre fue a buscar al hombre y en vez de perdonarle la vida como le había pedido Tha, lo mato de un zarpazo.
En ese momento apareció Tha y gritando le dijo: -Tigre eres un estúpido, al no hacerme caso has traído la desgracia a la selva porque has enseñado al hombre a matar. - ¿Como puedes decir eso? ¿no ves que está ahí muerto? - preguntó el tigre. -¡¡He matado al miedo!! rugió. Tha se volvió hacia los árboles y mientras se iba le dijo: - Idiota... crees que hay un solo hombre...? Tu noche ha terminado y con este nuevo día volverás a tenerle miedo al hombre.
Con esta frase, el elefante se perdió en la selva, cuando de repente de la cueva, surgió otro hombre que al ver a su amigo muerto, tirado en el suelo con un tigre enorme encima, cogió una lanza y se la tiró al animal. La lanza se clavó en el lomo del tigre, que huyó mientras rugía de dolor por toda la selva. Es por eso que, desde ese momento, los tigres solo pueden matar hombres si los atacan a traición por la espalda o miran hacia otro lado cuando les muerden el cuello.
Con esto Hathi el elefante, terminó de contarles a Mowgli y a todos los animales que estaban en el río, la historia del comienzo de la selva y el por qué solo hay una noche en la que los tigres pueden mirar a los ojos de los hombres, sin tener miedo.
Allí estaban Baloo y Bagheera mirando como Mowgli pensaba en todo lo que les había contado Hathi esa noche, sin saber las aventuras que tendría que pasar el cachorro humano en el futuro, mientras Shere Khan siguiese cazando en la selva. Pero esa... es otra historia.